Lugares de trabajo y drogas: respuestas sanitarias y sociales

Introducción

Esta miniguía forma parte de un conjunto más amplio que, combinado, constituye las Respuestas sanitarias y sociales a los problemas relacionados con las drogas: una guía europea. Ofrece una visión general de lo que se debe tener en cuenta a la hora de planificar o proporcionar respuestas sanitarias y sociales a problemas relacionados con las drogas en el lugar de trabajo, y examina las intervenciones disponibles y su eficacia. También tiene en cuenta las implicaciones para las prácticas y las políticas.

Última actualización: Marzo de 2022.

portada de la miniguía sobre lugares de trabajo y drogas: respuestas sanitarias y sociales

Índice:

Resumen

Cuestiones clave

Una significativa proporción de trabajadores en Europa está expuesta a sufrir problemas asociados con el consumo de alcohol o drogas; por ejemplo, se calcula que entre el 5 % y el 20 % de la población activa en Europa presenta problemas graves relacionados con el consumo de alcohol. Además de las implicaciones sociales y para la salud pública, los problemas relacionados con el consumo de sustancias son altamente pertinentes en sectores en los que existen problemas de seguridad o en los que un rendimiento individual insatisfactorio puede tener un impacto significativo. Entre otros, se trata de sectores como la construcción, la agricultura y la ganadería, el transporte, la energía, las tecnologías de la información y de las comunicaciones, y los servicios financieros.

El consumo de alcohol y de drogas son problemas importantes en los lugares de trabajo porque:

  • pueden aumentar los accidentes y lesiones, el absentismo y el comportamiento inadecuado;
  • pueden suponer una carga económica para las empresas, los gobiernos y la sociedad;
  • de conformidad con las leyes de salud y seguridad, las empresas tienen la obligación de velar, dentro de lo razonable, por la salud, la seguridad y el bienestar de los empleados y otras personas afectadas por sus actividades;
  • los lugares de trabajo también ofrecen una oportunidad para impartir educación sanitaria en relación con el alcohol y las drogas, así como para identificar a personas con problemas de consumo de alcohol y drogas o que tienen familiares con problemas relacionados con estas sustancias.

El lugar de trabajo también puede ser útil para la reinserción social de las personas con antecedentes de problemas graves relacionados con las drogas.

Pruebas y respuestas

No existe una visión global del alcance y la naturaleza de los diferentes tipos de intervenciones en los lugares de trabajo de Europa. Además, las pruebas relativas a la eficacia de las diferentes intervenciones son escasas. Las respuestas aplicadas pueden incluir:

  • las políticas de las empresas centradas en el consumo de alcohol y drogas en el lugar de trabajo y el apoyo a los empleados con problemas de consumo de sustancias;
  • prevención a través de programas de información, educación y formación que aborden los problemas relacionados con el alcohol y las drogas, preferiblemente como parte de programas de promoción de la salud más amplios;
  • procedimientos formales y análisis de drogas en industrias críticas para la seguridad;
  • intervenciones para identificar a los empleados que sufren problemas relacionados con las sustancias y prestarles apoyo, incluida la facilitación de la derivación a programas de tratamiento y rehabilitación;
  • acciones que examinan los factores a nivel organizativo que pueden estar contribuyendo a los problemas relacionados con las drogas entre la población activa;
  • ofrecer oportunidades de empleo a personas con un historial de problemas relacionados con las drogas.

Perspectiva europea

La mayoría de los países europeos disponen de algún tipo de legislación general o acuerdos para prohibir o regular el consumo de alcohol y drogas en el lugar de trabajo. No obstante, el tipo de legislación en vigor y la naturaleza de la legislación sobre salud y seguridad en el trabajo varían considerablemente en función de la cultura nacional y la concienciación y la prioridad otorgadas a este problema.

Con vistas al futuro, se constata que el uso de drogas para potenciar el rendimiento, como modafinilo para la mejora de la capacidad cognitiva, puede convertirse en un problema cada vez mayor en el lugar de trabajo.

Cuestiones clave relacionadas con el consumo de drogas y el lugar de trabajo

El alcohol y las drogas representan un problema grave para una parte importante de la población activa. Las estimaciones nacionales en Europa indican que entre el 5 % y el 20 % de los trabajadores dependen del alcohol o corren el riesgo de estarlo. Si bien la preocupación sigue centrándose en el impacto del alcohol, las drogas ilegales conocidas y algunas drogas de venta con receta, están surgiendo nuevos retos relacionados con los potenciadores del rendimiento percibidos.

El consumo de alcohol y drogas puede exacerbar los posibles problemas en el lugar de trabajo, como los accidentes y las lesiones, el absentismo y las conductas inadecuadas. La intoxicación por alcohol o drogas puede afectar al rendimiento en el trabajo porque perjudica la toma de decisiones y los tiempos de reacción, reduce la productividad y lleva a una producción inferior de bienes y servicios, así como a errores y accidentes en el lugar de trabajo.

Las razones para consumir alcohol o drogas en el trabajo pueden diferenciarse en categorías relacionadas con el trabajo, sociales o personales. Entre las razones relacionadas con el trabajo figuran unas condiciones de trabajo duras, físicas o incómodas (por ejemplo, un entorno frío, muchas horas de pie o un esfuerzo físico extremo), una baja satisfacción en el trabajo, horarios de trabajo irregulares y trabajo por turnos. Otras causas identificadas aquí son la percepción de escaso apoyo social por parte de pares, poca amplitud en la toma de decisiones y diversos factores relacionados con el estrés en el trabajo. Esto podría dar lugar a que determinados empleos tengan más probabilidades de estar vinculadas al consumo de sustancias. Por ejemplo, los conductores de camiones de larga distancia, que necesitan permanecer despiertos y mantener la concentración durante largos períodos de conducción monótonos, pueden correr un mayor riesgo de consumir drogas estimulantes. Los médicos y otros profesionales sanitarios pueden presentar vulnerabilidad a los problemas de adicción debido al fácil acceso a los medicamentos, además de las largas jornadas y el estrés en el trabajo. Otros colectivos de trabajadores en entornos laborales sometidos a presión, fuerte competencia o intimidación, entre ellos los intermediarios financieros, académicos y abogados, pueden consumir una serie de potenciadores cognitivos por motivos diversos, como mejorar la productividad o superar los desfases horarios.

Un ámbito de preocupación emergente es el rápido crecimiento en Europa y en todo el mundo de las modalidades de trabajo a corto plazo, lo cual se conoce como trabajo precario. Entre las características de estas prácticas de trabajo se incluyen la falta de control social o individual sobre las condiciones laborales; la fragmentación de los horarios y los espacios de trabajo; el solapamiento o la difuminación de los límites entre la vida laboral y personal o la dificultad para lograr un equilibrio entre el trabajo remunerado y otros aspectos de la vida; las condiciones de competencia, la escasez de trabajo y las amenazas para los medios de subsistencia; y un alto nivel de supervisión de los empleados. Todos estos factores pueden aumentar la probabilidad de consumo de sustancias para gestionar presiones y tensiones concurrentes.

Entre las razones no relacionadas con el trabajo se incluyen factores sociales, como una «alta» tolerancia social al consumo de alcohol y drogas (la normalización del consumo de sustancias), patrones culturales que pueden hacer que los trabajadores tengan más probabilidades de consumir drogas, y los empleados que tienen un mayor acceso a estas sustancias (por ejemplo, en las industrias del alcohol y el entretenimiento).

Para responder a los problemas de uso indebido de sustancias en el lugar de trabajo corresponden una serie de obligaciones éticas y, a menudo, legales. Los factores organizativos y las prácticas laborales, como posibles impulsores del consumo de sustancias, en este caso son pertinentes. Los profesionales médicos que acuden a los lugares de trabajo para ayudar a los empleados o asesorar a los directivos deben aclarar su papel y respetar la confidencialidad del paciente. Por lo general, se acepta que los directivos o supervisores deban estar formados para reconocer los signos de consumo problemático de alcohol o drogas ilegales entre sus empleados. También deben saber cómo responder si sospechan que un empleado tiene un problema relativo al consumo de sustancias o si un empleado les comunica que tienen un problema. Además, es importante reconocer que los propios directivos y supervisores pueden tener problemas con el consumo de alcohol y drogas ilegales.

Los profesionales sanitarios desempeñan un papel importante a la hora de ayudar a las personas con un antiguo o actual problema de alcohol o drogas a reincorporarse al trabajo. Pueden tener una gran influencia a la hora de abordar las preocupaciones de los empleadores sobre los riesgos existentes y de desafiar la estigmatización y los estereotipos negativos, así como de ayudar a los directivos a abstenerse de aplicar períodos de abstinencia arbitrarios, excepto cuando estén legalmente obligados, como al conducir.

El consumo de drogas para potenciar el rendimiento en el lugar de trabajo es un problema emergente. Las drogas para potenciar el rendimiento son sustancias que se perciben como capaces de mejorar los rasgos, el aspecto, el estado de ánimo o el rendimiento de las personas. Existen varios tipos de estas sustancias, por ejemplo, las drogas para potenciar el rendimiento y la imagen (véase Foco sobre... Drogas para potenciar el rendimiento y la imagen), los potenciadores cognitivos, los potenciadores del rendimiento sexual y los potenciadores del estado de ánimo y el comportamiento. Los potenciadores cognitivos, también conocidos como drogas «inteligentes», suscitan especial preocupación en el lugar de trabajo. Entre ellos se incluyen medicamentos como Ritalin (metilfenidato), Provigil (modafinil) y Adderall (sales de anfetamina), que pueden ser utilizados por personas sin receta o supervisión médica y administrados en dosis diferentes de las recomendadas para su uso médico, ya que se cree que mejoran la concentración y el rendimiento cognitivo, aunque las pruebas al respecto son limitadas.

Más recientemente, la atención de los medios de comunicación ha puesto de relieve la práctica de la «microgestión» de alucinógenos como la LSD (dietilamida del ácido lisérgico) para aumentar la creatividad, lo cual se sugiere que se produzca entre grupos de trabajadores como los desarrolladores de «software». Este es un ejemplo del posible consumo de una amplia gama de otras sustancias, drogas, suplementos y productos nutricionales que se cree que mejoran aspectos de la función mental, conocidos colectivamente como «nootrópicos».

La expansión de la gama de sustancias que pueden utilizarse y el hecho de que algunas de estas sustancias puedan utilizarse legítimamente (prescritas por motivos médicos o vendidas legalmente en el caso del alcohol y de algunas sustancias psicoactivas nuevas) complica las respuestas. También se han diversificado las fuentes de suministro: las farmacias en internet, la red oscura y las redes sociales, en particular, facilitan el acceso a drogas para potenciar el rendimiento y a otras sustancias.

Pruebas y respuestas a las cuestiones relacionadas con las drogas y el lugar de trabajo

Las acciones para abordar los problemas relacionados con las drogas en el lugar de trabajo tenían como objetivo inicial mejorar la seguridad en el trabajo, pero se han centrado cada vez más en promover la salud y el bienestar de la población activa, lo que también puede ser beneficioso para la comunidad en general. Los lugares de trabajo ofrecen oportunidades para la impartición de educación sanitaria sobre el alcohol y las drogas. También ofrecen la posibilidad de identificar a las personas que tienen un problema con el consumo de alcohol o drogas ilegales. Los profesionales médicos que trabajan en los lugares de trabajo se encuentran en una buena situación para ofrecer asesoramiento en materia de salud a los trabajadores. También pueden formar a los directivos y supervisores para reconocer y tratar el consumo de alcohol y de drogas ilegales en el lugar de trabajo.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha elaborado un repertorio de recomendaciones prácticas sobre el tratamiento de las cuestiones relacionadas con el alcohol y las drogas en el lugar de trabajo. Hace hincapié en la prevención y adopta un enfoque centrado en la salud, en contraposición a uno disciplinario. A escala nacional, los enfoques para los problemas relacionados con las drogas en el lugar de trabajo dependerán del contexto administrativo, legislativo y cultural de cada país. La normativa, la legislación y las políticas relativas a las leyes en materia de empleo, a la salud y la seguridad también pueden ser importantes para los problemas de drogas en el lugar de trabajo. Además, para apoyar sus políticas, los países pueden elaborar sus propias directrices para los empleadores.

Las respuestas siguientes se pueden utilizar para abordar el consumo y los problemas relacionados con las drogas en el lugar de trabajo. Sin embargo, la forma en que se proporcionan las respuestas y los principales ámbitos de interés dependerán tanto del sector como del tipo de trabajo realizado dentro de la organización, así como de su tamaño. Las grandes empresas dispondrán de departamentos de recursos humanos considerables y es probable que tengan acceso a especialistas para tratar cuestiones relacionadas con las drogas y el alcohol. En las pequeñas y medianas empresas, suele ser el propietario, el director gerente o el director del centro el que se ocupa de los problemas de salud y seguridad.

  • Políticas en el lugar de trabajo. Todas las organizaciones pueden beneficiarse de una política en materia de drogas, junto con protocolos sanitarios y disciplinarios más generales. Una política formal en materia de drogas en el lugar de trabajo brinda la oportunidad de dar ejemplo y promover la prestación de un apoyo y una asistencia adecuados a la población activa. La atención debe centrarse principalmente en las intervenciones preventivas, y algunas políticas imponen restricciones al consumo de alcohol y drogas en el lugar de trabajo, con lo que se establecen normas y se limita la disponibilidad. Existen diferentes modelos de desarrollo de políticas, pero la participación de los empleados de alguna forma en su creación se considera, por lo general, una buena práctica.
  • Prevención a través de programas de información, educación y formación. La incorporación de las cuestiones relacionadas con el alcohol y las drogas en programas más amplios de promoción de la salud puede hacer que estos programas sean más atractivos para los empleados. La comunicación de información sobre las drogas para potenciar el rendimiento tendrá que sensibilizar sobre los riesgos y peligros de estas sustancias, sin aumentar su potencial atractivo.
  • Detección formal de problemas de drogas. Por lo general, esto ocurrirá en tres situaciones: 1) detección previa a la contratación de los solicitantes de empleo; 2) análisis debido a un incidente o por un motivo determinado (por ejemplo, tras un accidente, aptitud para el servicio); y 3) análisis en el trabajo sin razón específica, con individuos a menudo seleccionados al azar entre las personas que ocupan puestos sensibles o críticos para la seguridad. Sin embargo, las pruebas de la eficacia de las pruebas para reducir los accidentes y mejorar el rendimiento laboral son muy limitadas, y los pocos estudios que se han llevado a cabo son de mala calidad. Los programas de pruebas presentan dificultades técnicas, éticas y legales, que van en aumento a medida que se incrementa la gama de sustancias implicadas y se difumina la frontera entre el consumo legal y el ilegal de sustancias.
  • Identificación de problemas a nivel individual. En los lugares de trabajo sin requisitos formales de análisis de drogas, la identificación de problemas de drogas se producirá a menudo a través de la revelación de información por parte de la persona afectada o como consecuencia del conocimiento por parte del empleador, ya sea de manera informal a través de conversaciones sobre cuestiones de rendimiento o como consecuencia de evaluaciones formales. En cuanto a la identificación de un problema, los lugares de trabajo pueden ofrecer una serie de intervenciones de apoyo, como asesoramiento y derivación a especialistas. El objetivo puede ser proporcionar opciones que ofrezcan ayuda y apoyo, y evitar los procedimientos disciplinarios o el despido de empleados con problemas de consumo de sustancias, normalmente en función de su capacidad para abordar de forma constructiva cualquier problema que afecte negativamente al desempeño laboral.
  • Identificación de problemas a nivel organizativo. En colaboración con los empleados, puede ser una buena práctica que los empleadores trabajen en la identificación y el tratamiento de elementos a nivel organizativo que puedan contribuir a los problemas relacionados con las drogas. Además, la revisión de las culturas de socialización en la organización (bebidas posventa, eventos con el personal de la empresa, eventos con los clientes, etc.) podrían orientar los cambios en determinadas prácticas sociales que no solo pueden proteger a los empleados que tratan de reducir su consumo, sino también proporcionar un beneficio sanitario más amplio a otros miembros del personal.
  • Intervenciones para responder directamente a problemas relacionados con las sustancias. Estas intervenciones incluyen el asesoramiento, la derivación y la financiación de programas de tratamiento y rehabilitación. El tipo y el nivel de apoyo prestado dependerán de una serie de factores, como el tamaño de la organización. Entre las acciones que, como mínimo, deben considerarse figuran identificar servicios especializados en la zona y el suministro de información sobre los mismos o la derivación, si procede; identificar organismos de apoyo de la comunidad y grupos de autoayuda que puedan ser útiles para la persona en cuestión; sugerir que la persona solicite apoyo a su médico personal.

El lugar de trabajo también puede contribuir a la reintegración social de las personas con un historial de consumo problemático de sustancias. En particular, el estigma asociado al consumo problemático de drogas puede resultar un obstáculo importante para el empleo, que es una pieza clave de la reinserción. Sin embargo, algunas empresas han trabajado con servicios de drogodependencia locales para desarrollar programas, como los proyectos de empleo con apoyo, que facilitan el empleo de personas con antecedentes de consumo problemático de drogas e informan que benefician a la organización, así como a la persona en cuestión.

Perspectiva europea: disponibilidad de intervenciones que respondan a cuestiones relacionadas con las drogas y el lugar de trabajo

En Europa no se ha llevado a cabo un inventario a nivel europeo de las prácticas e intervenciones relativas a las cuestiones relacionadas con las sustancias en el lugar de trabajo. En 2021, un informe de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound) indicaba que la mayoría de los países europeos aplican algún tipo de legislación o acuerdo general destinado a prohibir o regular el consumo de alcohol y drogas en el lugar de trabajo. No obstante, los tipos de legislación en vigor y la naturaleza de las limitaciones en la normativa sobre salud y seguridad en el trabajo varían considerablemente en función de la cultura nacional y la concienciación y la prioridad otorgadas a este problema. Por ejemplo, en algunos países puede haber una norma específica sobre el alcohol, mientras que en otros depende totalmente de la empresa. Además, los empleadores y los empleados pueden acordar normas en los acuerdos laborales y, por tanto, no aparecen en el marco jurídico nacional correspondiente.

El modelo Sundsvall de desarrollo de políticas, desarrollado en Suecia, pasó a denominarse «Lugar de trabajo contra las drogas», y su alcance se extendió más allá del lugar de trabajo y a la comunidad. Contó con la participación de todos los lugares de trabajo de la región y comprendió una serie de actividades diseñadas para sensibilizar sobre el consumo problemático en el lugar de trabajo y en la comunidad, así como programas de formación para supervisores con el fin de facilitar la identificación del consumo problemático de drogas en ambos ámbitos. También creó redes de ayuda y apoyo basadas en estructuras de derivación en las que participan servicios locales.

Las pruebas de eficacia de los diferentes programas e intervenciones que se aplican en Europa también son escasas, y las pocas que hay provienen principalmente de los Estados Unidos. Por consiguiente, no es posible realizar una evaluación exhaustiva de la mayoría de las prestaciones actuales.

Sin embargo, existen fuentes de datos disponibles que pueden proporcionar cierta información, ya que tanto la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA) como Eurofound participan en la gestión de las cuestiones relacionadas con el alcohol y las drogas en el lugar de trabajo. Un tema habitual en este caso es la importancia de tener un enfoque preventivo que aborde los problemas de drogas desde una perspectiva sanitaria en lugar de como una cuestión disciplinaria. La EU-OSHA, por ejemplo, lleva a cabo la Encuesta europea de empresas sobre riesgos nuevos y emergentes (ESENER), que se centra en una serie de cuestiones: los riesgos generales para la seguridad y la salud en el lugar de trabajo; los peligros psicosociales, como el estrés, la intimidación y el acoso; impulsores y obstáculos para la gestión de la salud y la seguridad en el trabajo; y la participación de los trabajadores en las prácticas de salud y seguridad. La encuesta se llevó a cabo en 2009, 2014 y 2019, y los datos están disponibles en línea. Se observó, por ejemplo, que alrededor de un tercio de los encuestados de toda Europa trabajan en empresas en las que se adoptan medidas para la promoción de la salud entre los empleados, incluida la sensibilización sobre los peligros de la adicción al tabaco, el alcohol o las drogas.

La Red Europea de Promoción de la Salud en el Lugar de Trabajo (ENWHP) ofrece una plataforma para todas las partes interesadas en la mejora de la salud y el bienestar de los trabajadores. Su objetivo es fomentar el desarrollo de la promoción de la salud en el lugar de trabajo en Europa mediante la influencia en la creación de políticas, el establecimiento de programas de educación y formación, la acreditación y el fomento de la investigación.

En Europa, las respuestas han tendido a centrarse en la promoción de la salud y el bienestar en el lugar de trabajo; sin embargo, es difícil ofrecer una visión general de las respuestas relacionadas con la salud y las drogas en el lugar de trabajo. Los enfoques adoptados pueden depender de las prácticas locales, así como de las expectativas culturales y del tamaño de las empresas. Algunas organizaciones pueden impartir formación a todos los directivos y supervisores sobre cómo gestionar a los empleados que pueden estar consumiendo drogas, tengan problemas de consumo indebido de sustancias o estén intoxicados en el trabajo, de acuerdo con la política y los procedimientos de la empresa. Otros, en particular las empresas más pequeñas, pueden recurrir a consultores externos para que presten apoyo en el desarrollo de políticas, formación y sensibilización. En Alemania, por ejemplo, el programa de prevención «Top on Job» se dirige a los trabajadores jóvenes antes de que se produzcan problemas de adicción y utiliza un enfoque de educación entre pares.

Algunos países han establecido intervenciones para abordar los problemas de consumo de sustancias que se han identificado entre los empleados. En Bélgica, por ejemplo, se estableció un sistema de derivación desde el lugar de trabajo al médico de familia, que, en caso necesario, puede remitir al empleado a un servicio especializado en el tratamiento de las drogodependencias. En este caso, lo importante es facilitar los vínculos y las opciones de derivación entre los servicios de drogodependencia, los lugares de trabajo y los empleados que necesitan apoyo.

En Europa, las pruebas y análisis formales de detección de drogas solo se llevan a cabo por lo general cuando resulta necesario promover la seguridad en el lugar de trabajo, por ejemplo, en el sector del transporte, las industrias petrolífera y nuclear, y en las fuerzas armadas. Sin embargo, existen pocas pruebas sobre la eficacia de los análisis de drogas en el lugar de trabajo en lo que se refiere a la reducción de los accidentes laborales y la mejora del rendimiento. La European Workplace Drug Testing Society (EWDTS) reúne a los usuarios y proveedores de servicios de análisis de drogas, fomentando un foro de debate para el intercambio de ideas e información. También ha elaborado directrices para la realización de pruebas de saliva, orina y cabello.

De cara al futuro, el consumo de drogas con fines de mejora puede convertirse en un problema cada vez mayor en el lugar de trabajo. Esto incluye el consumo de una gama de drogas más amplia de lo que se ha visto hasta el momento, y será importante supervisar el consumo de estas sustancias en el futuro, en particular los potenciadores cognitivos. Los cambios en las pautas de trabajo, como el aumento del teletrabajo durante la pandemia de COVID-19 y el crecimiento de las modalidades de trabajo a corto plazo y el empleo precario, suelen provocar la pérdida de la relación tradicional entre empleador y empleado. Las personas que trabajan en estas condiciones pueden estar expuestas a un alto riesgo de consumo de drogas y alcohol para hacer frente al estrés y las tensiones de estos patrones laborales, sobre todo porque pueden carecer de un lugar de trabajo fijo o de un empleador que se responsabilice de apoyarlas y evitar que se agraven los problemas. Será necesario desarrollar nuevos modelos preventivos para abordar sus necesidades.

Implicaciones para las prácticas y las políticas

Elementos básicos

  • Se recomienda que las empresas dispongan de una política de consumo de alcohol y drogas como parte de sus políticas de salud y bienestar, en vez de normas disciplinarias.
  • También deberían promoverse los principios fundamentales para el abordaje de problemas relacionados con las drogas en el lugar de trabajo, identificados por la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas y destacados anteriormente.

Oportunidades

  • Obtener un empleo es un componente importante de la reinserción. Por lo tanto, es importante que las personas con un problema anterior o actual relacionado con el alcohol y las drogas reciban apoyo para volver al trabajo. Colaborar con las empresas para superar los obstáculos a la hora de contratar a personas con antecedentes de problemas relacionados con las drogas es beneficioso para las organizaciones, las personas que intentan superar sus problemas con las drogas y la sociedad en general.
  • Los lugares de trabajo ofrecen la oportunidad de impartir educación sanitaria sobre el alcohol y las drogas, así como de identificar y prestar apoyo a las personas con problemas de consumo de sustancias.

Lagunas

  • Se requiere una visión general o ubicación de las fuentes de datos existentes, así como respuestas actuales e intervenciones para abordar la cuestión de las drogas en el lugar de trabajo, junto con una evaluación de las intervenciones existentes en Europa.
  • Se requieren investigaciones sobre el alcance y la naturaleza del consumo de drogas para potenciar el rendimiento en el lugar de trabajo y sobre los efectos de su consumo.
  • Cuando no haya un lugar de trabajo como tal o no exista una relación entre empleador y empleado, deberán desarrollarse nuevos modelos preventivos para abordar las necesidades de los trabajadores.

Datos y gráficos

Infografía: Disponibilidad de respuestas de sensibilización en el lugar de trabajo para evitar el consumo de sustancias (como tabaco, alcohol o drogas)

 

Availability of awareness-raising responses in the workplace in Europe ranges from Finland (58.3%) to Estonia (20.9%) with an EU27 average at 36.2%.

Datos extraídos de la Tercera Encuesta europea de empresas sobre riesgos nuevos y emergentes, ESENER 2019, coordinado por la EU-OSHA. Se encuestó a un total de 45 420 establecimientos sobre cómo se gestionan los riesgos para la salud y la seguridad en su lugar de trabajo, haciendo especial hincapié en los riesgos psicosociales, es decir, el estrés relacionado con el trabajo, la violencia y el acoso.

Otros recursos

EMCDDA

Otras fuentes

Acerca de esta miniguía

Esta miniguía ofrece una visión general de lo que se debe tener en cuenta a la hora de planificar o proporcionar respuestas sanitarias y sociales a problemas relacionados con las drogas en el lugar de trabajo, y examina las intervenciones disponibles y su eficacia. También tiene en cuenta las implicaciones para las prácticas y las políticas. Esta miniguía forma parte de un conjunto más amplio que, combinado, constituye las Respuestas sanitarias y sociales a los problemas relacionados con las drogas: Una guía europea.

Cita recomendada: Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (2022), Lugares de trabajo y drogas: respuestas sanitarias y sociales, https://www.emcdda.europa.eu/publications/mini-guides/workplaces-and-dr….

Información identificativa

HTML: TD-09-22-044-ES-Q
ISBN: 978-92-9497-699-4
DOI: 10.2810/416043

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